A veces, las palabras no son suficientes para expresar el dolor que llevamos en el coraz贸n. Cuando nos enfrentamos a momentos de sufrimiento, nuestra alma grita, pero nuestros labios permanecen callados. En esos momentos, las l谩grimas se convierten en nuestro 煤nico lenguaje, y aunque el mundo a nuestro alrededor tal vez no entienda lo que estamos viviendo, hay alguien que s铆 lo hace: Dios.
脡l no solo ve nuestras l谩grimas, sino que las comprende. Sabe el peso de cada l谩grima derramada, el profundo significado que encierra cada dolor. Dios conoce el lenguaje de tus l谩grimas porque 脡l es el Creador de tu ser, y como un Padre amoroso, no solo observa nuestro sufrimiento, sino que tambi茅n se compadece de 茅l.
En cada momento de angustia, 脡l valora lo que estamos viviendo. 脡l no es ajeno a tu dolor ni indiferente a tu sufrimiento. El valor de tu sufrimiento no se mide por su duraci贸n o intensidad, sino por el amor que 脡l tiene por ti y el prop贸sito eterno que hay en todo lo que vivimos.
Aunque no siempre entendamos por qu茅 pasamos por lo que pasamos, podemos descansar en la certeza de que Dios est谩 con nosotros, interpretando nuestras l谩grimas, sanando nuestras heridas, y transformando nuestro sufrimiento en algo que, con el tiempo, traer谩 frutos de paz y esperanza.
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