JESUCRISTO ES EL MISMO AYER, HOY Y POR LOS SIGLOS.



Esta declaración de fe ha sido una fuente de fortaleza y aliento para los cristianos en todas las generaciones durante siglos, porque Jesucristo, personalmente y espiritualmente, es nuestra única ancla segura. 

Jesucristo es el mismo por toda la eternidad. ¡Él es eterno . 

El salmista declaró: “Pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán” (Salmos 102:27). 

Jesucristo es el mismo ayer porque Él estuvo activo en la creación. “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo” (Hebreos 1:1-2). 

Jesucristo es el mismo hoy ofreciendo salvación a todos los que invocan su nombre. Por lo tanto, “si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos 4:7). 

Jesucristo es el mismo para siempre que reina en gloria a la diestra del Padre que está en los cielos. “Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios” (Hebreos 10:12). 

Necesitamos entender que Jesucristo es inmutable como lo dice la Biblia. Hace muchos años atrás, Él murió en nuestro lugar en la cruz para tomar nuestros pecados. Hoy Él intercede representándonos ante el Padre que está en el cielo. Él es por siempre nuestro gran Sumo Sacerdote. El escritor de Hebreos declara: “Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable” (Hebreos 7:23-24). Aquí las Escrituras claramente establecen que Jesucristo es el mismo por siempre. Todo lo que Jesús fue ayer; Él es hoy y lo será para siempre.

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