Descansar en la paz de Dios
En un mundo lleno de ruidos, preocupaciones y prisas, encontrar un descanso verdadero parece, a veces, un anhelo lejano. Sin embargo, el salmista nos recuerda que hay un lugar de descanso que no depende de las circunstancias, ni de las soluciones humanas: la paz que proviene de confiar en Dios.
"En paz me acostaré, y asimismo dormiré", no porque todo esté perfecto, sino porque sabemos que estamos en las manos del Perfecto.
Dios vela por nosotros mientras dormimos. Él guarda nuestro corazón y nuestros caminos, y en Su amor no hay temor. Cada noche es una oportunidad para entregar nuestras cargas al Señor y recibir el regalo de Su reposo.
Que esta sea tu certeza hoy: no importa lo que haya ocurrido, ni lo que pueda pasar mañana; en Dios encontramos la paz que sostiene nuestra alma y calma nuestros pensamientos.

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