Amado Dios y Padre Celestial, en esta mañana de sábado elevo mi voz a Ti con gratitud y reverencia.
Gracias por el regalo de la vida, por la salud, por mi familia y por la oportunidad de contemplar un nuevo día bajo tu misericordia.
Señor, a lo largo de esta semana me has sostenido con tu mano poderosa, me has guardado de peligros visibles e invisibles y me has llenado de tu gracia.
Hoy, al iniciar este día, reconozco que sin Ti nada soy, pero contigo todo lo puedo.
Padre amado, pongo en tus manos cada momento de este sábado.
Que sea un día lleno de tu presencia, de paz y de dirección divina.
Limpia mi mente de toda preocupación y renueva mis fuerzas para que pueda disfrutar con alegría las bendiciones que has preparado para mí.
Que este día no sea un día cualquiera, sino un día de encuentro contigo, donde mi espíritu se fortalezca y mi fe se afirme en tus promesas.
Señor Jesús, acompáñame en cada decisión y en cada paso que dé hoy.
Protégeme del mal, guarda mi entrada y mi salida, y cubre a los míos con tu sangre preciosa.
Declaro que este sábado será de victoria, de puertas abiertas, de provisión abundante y de gozo en tu Espíritu Santo.
Padre, que tu Palabra sea lámpara a mis pies en este día, que en mi boca siempre haya alabanzas y que mis pensamientos estén alineados a tu voluntad.
Te pido que tu Espíritu Santo me guíe, me inspire y me haga sensible a tu voz, para andar en obediencia y amor.
Gracias, Señor, porque sé que no caminaré solo, pues tu presencia me acompaña.
Recibo en fe un sábado de bendición, de descanso en Ti y de nuevas fuerzas para continuar.
Todo lo pido en el nombre glorioso de Jesús.
Amén y amén. ✨
Comentarios
Publicar un comentario